Había una vez dos hermanos que se llamaban Pepe y Juan. Juan era muy estudioso y Pepe un holgazán. No sólo no estudiaba, sino que tampoco hacía caso a sus padres. Nunca leía, ni hacía nada provechoso. Así como su hermano siempre estaba haciendo deberes y leyendo.
Así pasaba el tiempo.
Un día llegaron a mayores, el estudioso terminó su carrera y el vago seguía perdiendo el tiempo. Los años pasaron sin que Pepe hiciera nada en la vida. El estudioso encontró trabajo, el holgazán llegó un momento que le tuvo que pedir ayuda económica a su hermano; Juan le echó una buena reprimenda y le recordó los años en que no hacía nada, mientras él con su esfuerzo sacó su carrera y consiguió un trabajo para su futuro. Pero, a pesar de todo tenía que ayudarle, porque eran hermanos.
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