Todas las mañanas, en cuanto suena el timbre, vemos el rostro de un hombre, de unos cincuenta años, que se acerca hacia nosotros. Se llama Antonio y es nuestro maestro. Es un hombre de mediana estatura y delgado. Sus ojos son pequeños y oscuros. Antonio tiene la nariz alargada, la boca pequeña y los labios finos. Su barba y bigote son cortos pero poblados, y el poco pelo que le queda es de color blanco.
El primer día de colegio fue una persona amable, tranquila y comprensiva. Ahora ha cambiado y a veces, cuando se enfada, es un poco desagradable. Tiene mucha paciencia con nosotros y sus clases son divertidas. Entiende mucho de informática y estamos aprendiendo bastante con él. Le gusta la fotografía y ver el fútbol con sus amigos. Es un buen maestro.
El primer día de colegio fue una persona amable, tranquila y comprensiva. Ahora ha cambiado y a veces, cuando se enfada, es un poco desagradable. Tiene mucha paciencia con nosotros y sus clases son divertidas. Entiende mucho de informática y estamos aprendiendo bastante con él. Le gusta la fotografía y ver el fútbol con sus amigos. Es un buen maestro.
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